Te compartimos con mucho cariño
el extracto de nuestro libro

La Terraza

Un enfoque holístico para la gestión de la empresa familiar

Estamos convencidos de que cualquier abordaje de la problemática empresa-familia se debe hacer con un profundo respeto a la cultura de cada famlia, cultura que necesariamente permea a las empresas que cada familia maneja.

Por tanto, declaramos como un principio básico de nuestra tarea el abstenernos de pretender cambiar la cultura de las familias. Por el contrario, buscar la manera de que las familias empresarias encuentren su propio camino, proveyéndolas de algunas herramientas que les pueden servir en el viaje. Un viaje que muchas veces apunta más hacia el interior que a cualquier otra parte.

Por eso pensamos en un libro como un instrumento de navegación que les permita a nuestros lectores estar atentos a las curvas o poner el freno en las bajadas, pero no les decimos cómo conducir. Eso ya lo saben, si no, no serían empresarios.

En el libro, quisimos poner en evidencia algunos obstáculos que pueden encontrar en el camino, como los conflictos de lealtades que se pueden desarrollar cuando un integrante de la familia pasa de ser hijo de familia a ser la cabeza de su propio clan, y los malos entendidos que a veces provocan los sentimientos cuando el que está en el papel de más responsabilidad es visto con envidia por sus consanguíneos, sin valorar objetivamente el peso de la responsabilidad que su posición implica.

Por eso recurrimos a la conocida historia de la Espada de Damocles. Es fácil ver los lujos y los aparentes privilegios que conlleva el poder, pero desviar la mirada cuando se asoman las amenazas, los peligros y dificultades que trae consigo el ejercicio de la máxima responsabilidad.

Intentamos mostrar la situación de dualidad que no requieren enfrentar los dirigentes de empresas “institucionales” y también hacer una radiografía de las características propias de las familias empresarias de nuestros países iberoamericanos.

La Asamblea familiar es la reunión, en una o varias ocasiones, en que la familia se detiene a contemplar cuáles son los valores que la caracterizan y en qué nivel se encuentra cada uno de ellos. De aquí surgen, también, las reglas de interacción entre la familia y el negocio. Reglas que ayudan a que se presenten menos fricciones entre los miembros de la familia ya sea dentro o fuera del ámbito empresarial.

Cuando hemos leído sobre las ventajas de tener y operar un Consejo de Famila, nos hemos topado siempre con un abordaje desde el punto de vista teórico o académico. Contrario a eso, quisimos poner un ejemplo, basado en nuestra propia experiencia, de cómo se desarrolla una asamblea familiar bien llevada. 

Para que eso ocurra, es necesario que se hayan alcanzado acuerdos en la familia, y que éstos consten en un documento que cualquier miembro de la familia pueda consultar: el Protocolo Familar. Un protocolo ambicioso y a la vez realista permite fraguar los cimientos desde los que se puede edificar una familia empresaria que conserve su esencia y perdure a través de las generaciones.

El Consejo de Familia es una de las mejores herramientas para ayudar a alinear los objetivos familiares y empresariales. Estas reuniones periódicas de los miembros de la familia que conocen bien ambos campos, el familiar y el empresarial.

Nos referimos también al gobierno corporativo, como el instrumento que ayuda a profesionalizar la gestión de la empresa, gobernanza que va creciendo en complejidad, dependiendo de su tamaño. Baste decir que los objetivos de tener un buen gobierno corporativo son lograr la legalidad, transparencia, responsabilidad y rendición de cuentas. Metas que no pueden ser ignoradas por ningún tipo de empresa, pero que son indispensables en la empresa familiar, si se pretende la trascendencia a las siguientes generaciones.

El puente que puede unir y dar estabilidad a las relaciones entre las estructura familiar y la estructura empresarial es nuestra aportación al campo de las empresas familiares. Lo llamamos el Informe Patrimonial al Consejo de Familia. Mediante esta práctica, usada de manera regular, la familia podrá saber con exactitud cuál es su patrimonio y en qué condiciones se encuentra, cómo resultan las operaciones del negocio, cuáles son los clientes y socios comerciales más importantes, hacia dónde está proyectado el crecimiento del negocio y del patrimonio familiar, aquellas situaciones clave que pueden favorecer o poner en peligro la buena marcha del negocio, la situación fiscal y contable del negocio y la relación entre la empresa y sus trabajadores. 

A través de esta institución, los familiares pueden acercarse al negocio y ser informados objetivamente, sin entorpecer el funcionamiento adecuado de la empresa; de manera que las decisiones que se tomen en el seno del Consejo de Familia estén debidamente contextualizadas y, por lo tanto sean decisiones bien informadas.